Este Post contiene Versículos de la Biblia que hablan sobre Depender de Dios. Textos Bíblicos de Nueva Versión Internacional NVI.
Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. (Proverbios 3:5)
El Señor es mi pastor, nada me falta. (Salmos 23:1)
Yo soy el Señor, tu Dios, que sostiene tu mano derecha; yo soy quien te dice: “No temas, yo te ayudaré”. (Isaías 41:13)
Así dice el Señor, el que te creó, Jacob, el que te formó, Israel: «No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas. (Isaías 43:1-2)
No permitirá que tu pie resbale; jamás duerme el que te cuida. (Salmos 121:3)
Les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo. (Mateo 28:20)
Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos. (Hebreos 4:16)
Confía siempre en él, pueblo mío; ábrele tu corazón cuando estés ante él. ¡Dios es nuestro refugio!. (Salmos 62:8)
¡Dios es mi salvación! Confiaré en él y no temeré. El Señor es mi fuerza, el Señor es mi canción; ¡él es mi salvación!. (Isaías 12:2)
Los que confían en el Señor son como el monte Sión, que jamás será conmovido, que permanecerá para siempre. (Salmos 125:1)
A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra. (Salmos 121:1-2)
Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará. (Salmos 37:5)
Isaac le dijo a Abraham: —¡Padre! —Dime, hijo mío. —Aquí tenemos el fuego y la leña —continuó Isaac—; pero ¿dónde está el cordero para el holocausto? —El cordero, hijo mío, lo proveerá Dios —le respondió Abraham. Y siguieron caminando juntos. (Génesis 22:7-8)
Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. (Mateo 11:28)
Pero Dios es mi socorro; el Señor es quien me sostiene. (Salmos 54:4)
El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite!. (Salmos 18:2)
El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias. (Salmos 28:7)
Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto. (Jeremías 17:7-8)
Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!. (Job 1:21)
Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?. (Mateo 6:26)