Este post contiene Versículos Bíblicos para Jóvenes con Consejos, estas citas bíblicas le ofrecerán guía, consuelo y sabiduría a los jóvenes para enfrentar los desafíos de la vida diaria. A continuación, te presentamos una selección de textos bíblicos que son especialmente relevantes para los jóvenes, los cuales les ayudarán a fortalecer su relación con Dios y a tomar decisiones sabias en sus vidas. Estos versículos abordan temas como la confianza en Dios, la sabiduría, la fortaleza, el amor y la esperanza. Cada una de estas citas bíblicas son una fuente de inspiración y un recordatorio de que Dios está con nosotros en todo momento, guiándonos y protegiéndonos.
Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. (Proverbios 3:5)
Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y pureza. (1 Timoteo 4:12)
Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos. Porque prolongarán tu vida muchos años y te traerán prosperidad. (Proverbios 3:1-2)
Hijo mío, escucha las correcciones de tu padre y no abandones las enseñanzas de tu madre. Adornarán tu cabeza como una diadema; adornarán tu cuello como un collar. (Proverbios 1:8-9)
Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos afirma el Señor. Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!. (Isaías 55:8-9)
Aférrate a la instrucción, no la dejes escapar; cuídala bien, que ella es tu vida. No sigas la senda de los perversos ni vayas por el camino de los malvados. (Proverbios 4:13-14)
Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida. (Proverbios 4:23)
Vale más la sabiduría que las piedras preciosas, y ni lo más deseable se le compara. (Proverbios 8:11)
El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor. (Proverbios 9:10)
Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo. (Eclesiastés 3:1)
Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios. (Éxodo 20:12)
Hijo mío, obedece el mandamiento de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre. Grábatelos en el corazón; cuélgatelos al cuello. (Proverbios 6:20-21)
¿Cómo puede el joven limpiar su camino? ¡Obedeciendo tu palabra!. (Salmos 119:9)
La sabiduría vendrá a tu corazón, y el conocimiento te endulzará la vida. La discreción te cuidará, la inteligencia te protegerá. (Proverbios 2:10-11)
Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor, ni te ofendas por sus reprensiones. Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido. (Proverbios 3:11-12)
El hijo sabio es la alegría de su padre; el hijo necio es el pesar de su madre. (Proverbios 10:1)
La bendición del Señor trae riquezas, y nada se gana con preocuparse. (Proverbios 10:22)
Al necio le parece bien lo que emprende, pero el sabio escucha el consejo. (Proverbios 12:15)
Todo me es lícito, pero no todo conviene. Todo me es lícito, pero no todo edifica. (1 Corintios 10:23)
El sabio teme al Señor y se aparta del mal, pero el necio es arrogante y se pasa de confiado. (Proverbios 14:16)
Hijo mío, si los pecadores quieren engañarte, no vayas con ellos. (Proverbios 1:10)
El que ama la disciplina ama el conocimiento, pero el que la aborrece es un necio. (Proverbios 12:1)
Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas. Así tus graneros se llenarán a reventar y tus bodegas rebosarán de vino nuevo. (Proverbios 3:9-10)
Alégrate, joven, en tu juventud; deja que tu corazón disfrute de la adolescencia. Sigue los impulsos de tu corazón y responde al estímulo de tus ojos, pero toma en cuenta que Dios te juzgará por todo esto. (Eclesiastés 11:9)
Acuérdate de tu creador en los días de tu juventud, antes que lleguen los días malos y vengan los años en que digas: No encuentro en ellos placer alguno. (Eclesiastés 12:1)
¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas. (Josué 1:9)
Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto. (Jeremías 17:7-8)
Nada hay tan engañoso como el corazón. No tiene remedio. ¿Quién puede comprenderlo? Yo, el Señor, sondeo el corazón y examino los pensamientos, para darle a cada uno según sus acciones y según el fruto de sus obras. (Jeremías 17:9-10)
Huyan de la inmoralidad sexual. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, ocurre fuera del cuerpo; pero el que comete inmoralidad sexual peca contra su propio cuerpo. (1 Corintios 6:18)
Huye de las malas pasiones de la juventud, y esmérate en seguir la justicia, la fe, el amor y la paz, junto con los que invocan al Señor con un corazón limpio. (2 Timoteo 2:22)
Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. (Hebreos 12:2)
Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas. No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal. (Proverbios 3:6-7)
No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien. (Romanos 12:21)
Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan. (Efesios 4:29)
La sabiduría es lo primero. ¡Adquiere sabiduría! Por sobre todas las cosas, adquiere discernimiento. (Proverbios 4:7)
No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. (Romanos 12:2)
El temor del Señor es fuente de vida, y aleja al hombre de las redes de la muerte. (Proverbios 14:27)
El que adquiere cordura a sí mismo se ama, y el que retiene el discernimiento prospera. (Proverbios 19:8)
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme?. (Salmos 27:1)
Dichosos los que van por caminos perfectos, los que andan conforme a la ley del Señor. (Salmos 119:1)
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. (Filipenses 4:6)
Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú arriba en el cielo ni abajo en la tierra, pues tú cumples tu pacto de amor con quienes te sirven y te siguen de todo corazón. (1 Reyes 8:23)
Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. (Jeremías 29:11)
Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas. (Mateo 6:34)
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” -le respondió Jesús-. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. (Mateo 22:37-38)
Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. (Juan 8:32)
El malvado solo piensa en el mal; jamás se compadece de su prójimo. (Proverbios 21:10)
Como hijos obedientes, no se amolden a los malos deseos que tenían antes, cuando vivían en la ignorancia. (1 Pedro 1:14)
Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo. (Colosenses 3:23)
Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán. (Proverbios 16:3)
Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta. (Salmos 23:4)
Pero tú, espera en el Señor, y vive según su voluntad, que él te exaltará para que heredes la tierra. Cuando los malvados sean destruidos, tú lo verás con tus propios ojos. (Salmos 37:34)
Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10)
Les daré un nuevo corazón, y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen, y les pondré un corazón de carne. (Ezequiel 36:26)
Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán. (Isaías 40:31)
Estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor. (Romanos 8:38-39)
No se preocupen por su vida, qué comerán; ni por su cuerpo, con qué se vestirán. La vida tiene más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa. (Lucas 12:22-23)
Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán. (Marcos 11:24)
Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo. (Romanos 10:17)
Porque yo soy el Señor, tu Dios, que sostiene tu mano derecha; yo soy quien te dice: “No temas, yo te ayudaré”. (Isaías 41:13)
No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque esos son los sacrificios que agradan a Dios. (Hebreos 13:16)
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce; me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia por amor a su nombre. (Salmos 23:1-3)
Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir. (1 Corintios 10:13)
Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. (Jeremías 29:11)
Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. (Santiago 1:5)
Asegúrense de que nadie pague mal por mal; más bien, esfuércense siempre por hacer el bien, no solo entre ustedes, sino a todos. (1 Tesalonicenses 5:15)
Para Dios todo es posible. (Mateo 19:26)
Dios hizo todo hermoso en su momento, y puso en la mente humana el sentido del tiempo, aun cuando el hombre no alcanza a comprender la obra que Dios realiza de principio a fin. (Eclesiastés 3:11)
El temor del Señor es fuente de vida, y aleja al hombre de las redes de la muerte. (Proverbios 14:27)
El mandamiento es una lámpara, la enseñanza es una luz y la disciplina es el camino a la vida. (Proverbios 6:23)
La discreción te cuidará, la inteligencia te protegerá. (Proverbios 2:11)
Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan. (Efesios 4:29)
Dame, hijo mío, tu corazón y no pierdas de vista mis caminos. (Proverbios 23:26)
Hijos, obedezcan a sus padres en todo, porque esto agrada al Señor. (Colosenses 3:20)
Tú, oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y aún hoy anuncio todos tus prodigios. Aun cuando sea yo anciano y peine canas, no me abandones, oh Dios, hasta que anuncie tu poder a la generación venidera, y dé a conocer tus proezas a los que aún no han nacido. (Salmos 71:17-18)