57 Versículos Bíblicos para Mujeres con Propósito

Versículos Mujeres con Propósito

Este post contiene Versículos Bíblicos para Mujeres con Propósito. La Biblia es una fuente inagotable de sabiduría y aliento, especialmente para las mujeres que buscan vivir con propósito y significado. En ella encontramos versículos que nos animan a ser fuertes, valientes, sabias, amorosas y virtuosas. En este artículo compartiremos algunos de los versículos más inspiradores de la Biblia para las mujeres, que les ayudarán a encontrar su propósito, fortalecer su fe y vivir de acuerdo a la voluntad de Dios. Estos versículos, nos recuerdan quiénes somos en Cristo, y nos ayudan a mantenernos enfocadas en nuestras metas y en nuestra relación con Dios, en medio de las dificultades y los desafíos de la vida.

Imágenes con Versículos para Mujeres con Propósito

Proverbios 31:10

Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará? ¡Es más valiosa que las piedras preciosas!. (Proverbios 31:10)

Proverbios 31:30

Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza. (Proverbios 31:30)

Proverbios 12:4

La mujer ejemplar es corona de su esposo; la desvergonzada es carcoma en los huesos. (Proverbios 12:4)

Proverbios 19:14

La casa y el dinero se heredan de los padres, pero la esposa inteligente es un don del Señor. (Proverbios 19:14)

Proverbios 14:1

La mujer sabia edifica su casa; la necia, con sus manos la destruye. (Proverbios 14:1)

Josué 1:9

Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas. (Josué 1:9)

Proverbios 31:25-26

Se reviste de fuerza y dignidad, y afronta segura el porvenir. Cuando habla, lo hace con sabiduría; cuando instruye, lo hace con amor. (Proverbios 31:25-26)

Hebreos 13:5

Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: Nunca te dejaré; jamás te abandonaré. (Hebreos 13:5)

Isaías 54:17

No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti; toda lengua que te acuse será refutada. (Isaías 54:17)

Filipenses 4:6

No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. (Filipenses 4:6)

Juan 16:33

Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. (Juan 16:33)

Colosenses 4:5

Compórtense sabiamente con los que no creen en Cristo, aprovechando al máximo cada momento oportuno. (Colosenses 4:5)

1 Timoteo 3:11

Las esposas de los diáconos deben ser honorables, no calumniadoras, sino moderadas y dignas de toda confianza. (1 Timoteo 3:11)

1 Corintios 11:3

Ahora bien, quiero que entiendan que Cristo es cabeza de todo hombre, mientras que el hombre es cabeza de la mujer y Dios es cabeza de Cristo. (1 Corintios 11:3)

Versículos para Mujeres con Propósito – Textos Bíblicos

Efesios 5:22-24

Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y Salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo. (Efesios 5:22-24)

Efesios 2:10

Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica. (Efesios 2:10)

1 Timoteo 2:9-10

En cuanto a las mujeres, quiero que ellas se vistan decorosamente, con modestia y recato, sin peinados ostentosos, ni oro, ni perlas ni vestidos costosos. Que se adornen más bien con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan servir a Dios. (1 Timoteo 2:9-10)

1 Pedro 2:9

Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. (1 Pedro 2:9)

Jeremías 29:11

Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. (Jeremías 29:11)

Filipenses 4:13

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (Filipenses 4:13)

Proverbios 3:5-6

Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas. (Proverbios 3:5-6)

Proverbios 24:3

Con sabiduría se construye la casa; con inteligencia se echan los cimientos. (Proverbios 24:3)

1 Pedro 3:3-4

Que la belleza de ustedes no sea la externa, que consiste en adornos tales como peinados ostentosos, joyas de oro y vestidos lujosos. Que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Esta sí que tiene mucho valor delante de Dios. (1 Pedro 3:3-4)

Romanos 12:2

No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. (Romanos 12:2)

2 Timoteo 1:7

Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio. (2 Timoteo 1:7)

Colosenses 3:23

Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo. (Colosenses 3:23)

Mujeres con Propósito de la Biblia – (Ejemplos) – Citas Bíblicas

Eva

El propósito de Eva fue ser la compañera y ayuda idónea para Adán, y juntos vivir en el jardín del Edén. En otro sentido, el proposito tambien se ve reflejado en su caida y desobediencia al mandato divino, lo que llevo a la expulsión del paraíso, y como consecuencia, el pecado y la muerte entraron en el mundo. Aun asi, esto no disminuye su importancia y proposito en la biblia, sino que es una leccion para todos los seres humanos, del peligro de la desobediencia.

Luego Dios el Señor dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada». (Génesis 2:18)

El hombre llamó Eva a su mujer, porque ella sería la madre de todo ser viviente. (Génesis 3:20)

Adán volvió a unirse a su mujer, y ella tuvo un hijo al que llamó Set, porque dijo: «Dios me ha concedido otro hijo en lugar de Abel, al que mató Caín». También Set tuvo un hijo, a quien llamó Enós. Desde entonces se comenzó a invocar el nombre del Señor. (Génesis 4:25-26)

Sara

El propósito de Sara en la biblia fue ser la esposa de Abraham, la madre de Isaac y la progenitora del pueblo de Israel, un ejemplo de fidelidad y compromiso en el matrimonio y un recordatorio de la promesa de Dios de bendecir y multiplicar.

También le dijo Dios a Abraham: A Saray, tu esposa, ya no la llamarás Saray, sino que su nombre será Sara. Yo la bendeciré, y por medio de ella te daré un hijo. Tanto la bendeciré, que será madre de naciones, y de ella surgirán reyes de pueblos. (Génesis 17:15-16)

¡Pero es Sara, tu esposa, la que te dará un hijo, al que llamarás Isaac! Yo estableceré mi pacto con él y con sus descendientes, como pacto perpetuo. (Génesis 17:19)

Tal como el Señor lo había dicho, se ocupó de Sara y cumplió con la promesa que le había hecho. Sara quedó embarazada y le dio un hijo a Abraham en su vejez. Esto sucedió en el tiempo anunciado por Dios. Al hijo que Sara le dio, Abraham le puso por nombre Isaac. (Génesis 21:1-3)

Rebeca

El propósito de Rebecca en la biblia se puede ver a través de varios aspectos: Como esposa de Isaac, y su relación con él es un ejemplo de fidelidad y compromiso en el matrimonio. Como madre: Rebecca es la madre de Jacob y Esaú, como ejemplo de la providencia de Dios: Rebecca es el ejemplo de cómo Dios provee para sus hijos, ya que ella es elegida por Dios para ser la esposa de Isaac, y esto ayuda a cumplir la promesa hecha a Abraham de que su descendencia sería numerosa.

Aquí está Rebeca; tómela usted y llévesela para que sea la esposa del hijo de su amo, tal como el Señor lo ha dispuesto. (Génesis 24:51)

Y bendijeron a Rebeca con estas palabras: «Hermana nuestra: ¡que seas madre de millares! ¡Que dominen tus descendientes las ciudades de sus enemigos!». (Génesis 24:60)

Los niños luchaban dentro de su seno, ella se preguntó: «Si esto va a seguir así, ¿para qué sigo viviendo?» Entonces fue a consultar al Señor, y él le contestó: «Dos naciones hay en tu seno; dos pueblos se dividen desde tus entrañas. Uno será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor». Cuando le llegó el momento de dar a luz, resultó que en su seno había mellizos. (Génesis 25:22-24)

Sifra y Fuvá (Parteras)

El propósito de estas parteras fue ayudar a las mujeres hebreas a dar a luz, en el libro de Exodo se relata que Moisés es salvado de la muerte por estas partera hebreas que lo esconden de los egipcios.

Había dos parteras de las hebreas, llamadas Sifrá y Fuvá, a las que el rey de Egipto ordenó: Cuando ayuden a las hebreas en sus partos, fíjense en el sexo si es niño, mátenlo; pero, si es niña, déjenla con vida. Sin embargo, las parteras temían a Dios, así que no siguieron las órdenes del rey de Egipto, sino que dejaron con vida a los varones. (Éxodo 1:15-17)

Jocabed (Mamá de Moisés)

A pesar de que Jocabed no es un personaje prominente en la Biblia, su papel en la salvación de Moisés es esencial para la historia del pueblo hebreo, Jocabed es la madre de Moises, uno de los líderes más importantes de Israel y el libertador del pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto. Ella es considerada como una mujer valiente y dedicada, dispuesta a arriesgar su vida para salvar a su hijo y ayudar a liberar a su pueblo de la esclavitud.

Hubo un levita que tomó por esposa a una mujer de su propia tribu. La mujer quedó embarazada y tuvo un hijo, y al verlo tan hermoso lo escondió durante tres meses. Cuando ya no pudo seguir ocultándolo, preparó una cesta de papiro, la embadurnó con brea y asfalto y, poniendo en ella al niño, fue a dejar la cesta entre los juncos que había a la orilla del Nilo. (Éxodo 2:1-3)

Amirán, que vivió ciento treinta y siete años, se casó con su tía Jocabed, la cual le dio dos hijos, Aarón y Moisés. (Éxodo 6:20)

Débora (Profetisa)

Débora fue una líder espiritual y política de su pueblo, fue una mujer valiente, sabia y justa, elegida por Dios para guiar y juzgar a Israel, fue la primera mujer en ser nombrada juez en Israel, logró derrotar a los cananeos y alcanzar un período de paz.

En aquel tiempo gobernaba a Israel una profetisa llamada Débora, que era esposa de Lapidot. (Jueces 4:4)

Débora mandó llamar a Barac hijo de Abinoán, que vivía en Cedes de Neftalí, y le dijo: El Señor, el Dios de Israel, ordena: “Ve y reúne en el monte Tabor a diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón. 7 Yo atraeré a Sísara, jefe del ejército de Jabín, con sus carros y sus tropas, hasta el arroyo Quisón. Allí lo entregaré en tus manos”. (Jueces 4:6-7)

Barac le dijo: —Solo iré si tú me acompañas; de lo contrario, no iré. —¡Está bien, iré contigo! —dijo Débora—. Pero, por la manera en que vas a encarar este asunto, la gloria no será tuya, ya que el Señor entregará a Sísara en manos de una mujer. Así que Débora fue con Barac hasta Cedes, donde él convocó a las tribus de Zabulón y Neftalí. Diez mil hombres se pusieron a sus órdenes, y también Débora lo acompañó. (Jueces 4:8-10)

Rut (La Moabita – Nuera de Noemí)

Rut es conocida como una mujer valiente, leal y trabajadora, que acompaña a su suegra a Israel después de que su esposo y sus dos hijos fallecen. A pesar de las dificultades que enfrenta como extranjera, Rut se dedica a trabajar en los campos para proveer a su suegra y a ella misma. Su lealtad y dedicación a Noemí llaman la atención de Boaz, un rico propietario de campos, quien se enamora de ella y se casa con ella. Rut también es conocida por su papel en la genealogía de Jesús. De acuerdo a la Biblia, Rut es la bisabuela de David, el rey de Israel, y por lo tanto un ancestro de Jesús.

Pero Rut respondió: ¡No insistas en que te abandone o en que me separe de ti! »Porque iré adonde tú vayas, y viviré donde tú vivas. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios. Moriré donde tú mueras, y allí seré sepultada. ¡Que me castigue el Señor con toda severidad si me separa de ti algo que no sea la muerte!» Al ver Noemí que Rut estaba tan decidida a acompañarla, no le insistió más. (Rut 1:16-18)

Así que Booz tomó a Rut y se casó con ella. Cuando se unieron, el Señor le concedió quedar embarazada, de modo que tuvo un hijo. Las mujeres le decían a Noemí: «¡Alabado sea el Señor, que no te ha dejado hoy sin un redentor! ¡Que llegue a tener renombre en Israel! Este niño renovará tu vida y te sustentará en la vejez, porque lo ha dado a luz tu nuera, que te ama y es para ti mejor que siete hijos». Noemí tomó al niño, lo puso en su regazo y se encargó de criarlo. Las vecinas decían: «¡Noemí ha tenido un hijo!» Y lo llamaron Obed. Este fue el padre de Isaí, padre de David. (Rut 4:13-17)

Ana (Mamá del Profeta Samuel)

Ana fue la madre de Samuel, uno de los profetas y líderes más importantes de Israel en el período de los jueces, es presentada como una mujer devota y piadosa, que es fiel a Dios y confía en su poder, su historia es conocida por mostrar la importancia de la oración y la confianza en Dios en momentos de dificultad.

Entonces hizo este voto: «Señor Todopoderoso, si te dignas mirar la desdicha de esta sierva tuya, y si en vez de olvidarme te acuerdas de mí y me concedes un hijo varón, yo te lo entregaré para toda su vida, y nunca se le cortará el cabello». (1 Samuel 1:11)

Ana concibió y, pasado un año, dio a luz un hijo y le puso por nombre Samuel, pues dijo: «Al Señor se lo pedí». (1 Samuel 1:20)

Ana no lo acompañó. No iré hasta que el niño sea destetado le explicó a su esposo. Entonces lo llevaré para dedicarlo al Señor, y allí se quedará el resto de su vida. (1 Samuel 1:22)

Este es el niño que yo le pedí al Señor, y él me lo concedió. (1 Samuel 1:27)

Abigail

Abigail fue la esposa de Nabal, un hombre rico y orgulloso que vivía en la región de Carmel, fue una mujer sabia y astuta, que actúa rápida y eficazmente para evitar una confrontación entre su esposo y David, logra evitar una guerra entre los dos hombres y preservar la vida de su esposo y su familia, y su historia es conocida por mostrar la importancia de la sabiduría y la astucia en la resolución de conflictos, así como la importancia de la humildad y la gratitud en las relaciones humanas.

Se llamaba Nabal y pertenecía a la familia de Caleb. Su esposa, Abigaíl, era una mujer bella e inteligente; Nabal, por el contrario, era insolente y de mala conducta. (1 Samuel 25:3)

Uno de los criados avisó a Abigaíl, la esposa de Nabal: «David envió desde el desierto unos mensajeros para saludar a nuestro amo, pero él los trató mal. Esos hombres se portaron muy bien con nosotros. En todo el tiempo que anduvimos con ellos por el campo, jamás nos molestaron ni nos quitaron nada. Día y noche nos protegieron mientras cuidábamos los rebaños cerca de ellos. Piense usted bien lo que debe hacer, pues la ruina está por caer sobre nuestro amo y sobre toda su familia. Tiene tan mal genio que ni hablar se puede con él». Sin perder tiempo, Abigaíl reunió doscientos panes, dos odres de vino, cinco ovejas asadas, treinta y cinco litros de trigo tostado, cien tortas de uvas pasas y doscientas tortas de higos. Después de cargarlo todo sobre unos asnos. (1 Samuel 25:14-18)

David le dijo entonces a Abigaíl: —¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que te ha enviado hoy a mi encuentro! ¡Y bendita seas tú por tu buen juicio, pues me has impedido derramar sangre y vengarme con mis propias manos! El Señor, Dios de Israel, me ha impedido hacerte mal; pero te digo que, si no te hubieras dado prisa en venir a mi encuentro, para mañana no le habría quedado vivo a Nabal ni uno solo de sus hombres. ¡Tan cierto como que el Señor vive! Dicho esto, David aceptó lo que ella le había traído. —Vuelve tranquila a tu casa —añadió—. Como puedes ver, te he hecho caso: te concedo lo que me has pedido. (1 Samuel 25:32-35)

Ester

Ester es conocida como una mujer valiente, sabia y astuta, que utiliza su posición como reina del Imperio Persa para salvar a su pueblo de la masacre planificada por Hamán. Ella revela su identidad como judía y se dirige al rey Asuero para exponer la conspiración de Hamán y salvar a su pueblo.

Al rey le gustó Ester más que todas las demás mujeres, y ella se ganó su aprobación y simpatía más que todas las otras vírgenes. Así que él le ciñó la corona real y la proclamó reina en lugar de Vasti. (Ester 2:17)

«Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa, para que ayunen por mí. Durante tres días no coman ni beban, ni de día ni de noche. Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que ustedes. Cuando cumpla con esto, me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y, si perezco, que perezca!». (Ester 4:16)

Si me he ganado el favor de Su Majestad, y si le agrada cumplir mi deseo y conceder mi petición, venga mañana con Amán al banquete que les voy a ofrecer, y entonces le daré la respuesta. (Ester 5:8)

María (Mamá de Jesús)

María fue una mujer fiel que aceptó una gran responsabilidad. Además, conocía muy bien la Palabra de Dios. Fue escogida por Dios y su propósito fue dar a luz al Salvador del mundo.

El nacimiento de Jesús, el Cristo, fue así: Su madre, María, estaba comprometida para casarse con José, pero, antes de unirse a él, resultó que estaba encinta por obra del Espíritu Santo. (Mateo 1:18)

Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel» que significa «Dios con nosotros». (Mateo 1:21-23)

Elisabet (Mamá del Profeta Juan el Bautista)

Elisabet es conocida como una mujer justa y piadosa que ha esperado por mucho tiempo tener un hijo. Fue una mujer elegida por Dios para tener un papel importante en la preparación del camino para la venida del Mesías.

En tiempos de Herodes, rey de Judea, hubo un sacerdote llamado Zacarías, miembro del grupo de Abías. Su esposa Elisabet también era descendiente de Aarón. Ambos eran rectos e intachables delante de Dios; obedecían todos los mandamientos y preceptos del Señor. Pero no tenían hijos, porque Elisabet era estéril; y los dos eran de edad avanzada. (Lucas 1:5-7)

El ángel le dijo: No tengas miedo, Zacarías, pues ha sido escuchada tu oración. Tu esposa Elisabet te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento, porque él será un gran hombre delante del Señor. Jamás tomará vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde su nacimiento. Hará que muchos israelitas se vuelvan al Señor su Dios. Él irá primero, delante del Señor, con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con los hijos y guiar a los desobedientes a la sabiduría de los justos. De este modo preparará un pueblo bien dispuesto para recibir al Señor. (Lucas 1:13-17)

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