Este Post contiene Versículos de la Biblia sobre La Palabra de Dios. Textos Bíblicos de Nueva Versión Internacional NVI.
Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra. (2 Timoteo 3:16-17)
Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito. (Josué 1:8)
Un día estaba Jesús a orillas del lago de Genesaret, y la gente lo apretujaba para escuchar el mensaje de Dios. (Lucas 5:1)
Este es el significado de la parábola: La semilla es la palabra de Dios. Los que están junto al camino son los que oyen, pero luego viene el diablo y les quita la palabra del corazón, no sea que crean y se salven. (Lucas 8:11-12)
Dichosos más bien —contestó Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen. (Lucas 11:28)
Voy a decirles a quién se parece todo el que viene a mí, y oye mis palabras y las pone en práctica: Se parece a un hombre que, al construir una casa, cavó bien hondo y puso el cimiento sobre la roca. De manera que cuando vino una inundación, el torrente azotó aquella casa, pero no pudo ni siquiera hacerla tambalear porque estaba bien construida. (Lucas 6:47-48)
Tu madre y tus hermanos están afuera y quieren verte —le avisaron. Pero él les contestó: Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la ponen en práctica. (Lucas 8:20-21
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Dichoso el que teme al Señor, el que halla gran deleite en sus mandamientos. (Salmos 112:1)
Deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su salvación, ahora que han probado lo bueno que es el Señor. (1 Pedro 2:2-3)
Dichoso el que lee y dichosos los que escuchan las palabras de este mensaje profético y hacen caso de lo que aquí está escrito, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca. (Apocalipsis 1:3)
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán. (Marcos 13:31)
¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! ¡Son más dulces que la miel a mi boca!. (Salmos 119:103)
Acuérdense de sus dirigentes, que les comunicaron la palabra de Dios. Consideren cuál fue el resultado de su estilo de vida, e imiten su fe. (Hebreos 13:7)
Así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos. (Isaías 55:11)
La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre. (Isaías 40:8)
Toda palabra de Dios es digna de crédito; Dios protege a los que en él buscan refugio. (Proverbios 30:5)
Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4:12)
El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue. La palabra que yo he proclamado lo condenará en el día final. (Juan 12:48)
Pues ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de Dios que vive y permanece. (1 Pedro 1:23)
A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos primeramente, pero también de los gentiles. (Romanos 1:16)
Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos; todos fueron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban la palabra de Dios sin temor alguno. (Hechos 4:31)
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. (Salmos 1:1-2)
¿Cómo puede el joven llevar una vida íntegra? Viviendo conforme a tu palabra. (Salmos 119:9)
Jesús le respondió: —Escrito está: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. (Mateo 4:4)
Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. (Efesios 6:17)
Así que no dejamos de dar gracias a Dios, porque al oír ustedes la palabra de Dios que les predicamos, la aceptaron no como palabra humana, sino como lo que realmente es, palabra de Dios, la cual actúa en ustedes los creyentes. (1 Tesalonicenses 2:13)
Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón. (Colosenses 3:16)
Espero al Señor, lo espero con toda el alma; en su palabra he puesto mi esperanza. (Salmos 130:5)
A diferencia de muchos, nosotros no somos de los que trafican con la palabra de Dios. Más bien, hablamos con sinceridad delante de él en Cristo, como enviados de Dios que somos. (2 Corintios 2:17)
Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero. (Salmos 119:105)
Las palabras del Señor son puras, son como la plata refinada, siete veces purificada en el crisol. (Salmos 12:6)
No se contenten solo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica. (Santiago 1:22)
Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. (Hebreos 11:3)
El que habla, hágalo como quien expresa las palabras mismas de Dios; el que presta algún servicio, hágalo como quien tiene el poder de Dios. Así Dios será en todo alabado por medio de Jesucristo, a quien sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. (1 Pedro 4:11)
Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él, y les dijo: Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos. (Juan 8:31)