Este Post contiene Versículos de la Biblia que hablan sobre La Sabiduría y la importancia de tomar decisiones sabias basadas en la Palabra de Dios. Textos Bíblicos de Nueva Versión Internacional NVI.
El temor del Señor es el principio del conocimiento; los necios desprecian la sabiduría y la disciplina. (Proverbios 1:7)
Obedézcanlos y pónganlos en práctica; así demostrarán su sabiduría e inteligencia ante las naciones. Ellas oirán todos estos preceptos, y dirán: “En verdad, este es un pueblo sabio e inteligente; ¡esta es una gran nación!”. (Deuteronomio 4:6)
Vale más la sabiduría que las piedras preciosas, y ni lo más deseable se le compara. (Proverbios 8:11)
Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría. (Salmos 90:12)
El necio se divierte con su mala conducta, pero el sabio se recrea con la sabiduría. (Proverbios 10:23)
Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. (Santiago 1:5-6)
Dios le dio a Salomón sabiduría e inteligencia extraordinarias; sus conocimientos eran tan vastos como la arena que está a la orilla del mar. (1 Reyes 4:29)
La reina de Sabá se quedó atónita al ver la sabiduría de Salomón y el palacio que él había construido, los manjares de su mesa, los asientos que ocupaban sus funcionarios, el servicio y la ropa de los camareros, las bebidas, y los holocaustos que ofrecía en el templo del Señor. (1 Reyes 10:4-5)
La lengua de los sabios destila conocimiento; la boca de los necios escupe necedades. (Proverbios 15:2)
Voy a concederte lo que has pedido. Te daré un corazón sabio y prudente, como nadie antes de ti lo ha tenido ni lo tendrá después. Además, aunque no me lo has pedido, te daré tantas riquezas y esplendor que en toda tu vida ningún rey podrá compararse contigo. (1 Reyes 3:12-13)
El corazón prudente adquiere conocimiento; los oídos de los sabios procuran hallarlo. (Proverbios 18:15)
Impárteme conocimiento y buen juicio, pues yo creo en tus mandamientos. (Salmos 119:66)
Con Dios están la sabiduría y el poder; suyos son el consejo y el entendimiento. (Job 12:13)
En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera. (Santiago 3:17)
Yo te pido sabiduría y conocimiento para gobernar a este gran pueblo tuyo; de lo contrario, ¿quién podrá gobernarlo?. (2 Crónicas 1:10)
La vara de la disciplina imparte sabiduría, pero el hijo malcriado avergüenza a su madre. (Proverbios 29:15)
Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios, sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. (Efesios 5:15-16)
A oídos del necio jamás dirijas palabra, pues se burlará de tus sabios consejos. (Proverbios 23:9)
¿Quién puede impartirle a Dios conocimientos, si es él quien juzga a las grandes eminencias?. (Job 21:22)
Porque el Señor da la sabiduría; conocimiento y ciencia brotan de sus labios. (Proverbios 2:6)
Entonces Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés puso sus manos sobre él. Los israelitas, por su parte, obedecieron a Josué e hicieron lo que el Señor le había ordenado a Moisés. (Deuteronomio 34:9)
La boca del justo imparte sabiduría, y su lengua emite justicia. La ley de Dios está en su corazón, y sus pies jamás resbalan. (Salmos 37:30-31)
Escucha, hijo mío, acoge mis palabras, y los años de tu vida aumentarán. Yo te guío por el camino de la sabiduría, te dirijo por sendas de rectitud. (Proverbios 4:10-11)
Mi boca hablará con sabiduría; mi corazón se expresará con inteligencia. (Salmos 49:3)
Hijo mío, pon atención a mi sabiduría y presta oído a mi buen juicio, para que al hablar mantengas la discreción y retengas el conocimiento. (Proverbios 5:1-2)
Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo; en lo secreto me has enseñado sabiduría. (Salmos 51:6)
A unos Dios les da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otros, por el mismo Espíritu, palabra de conocimiento. (1 Corintios 12:8)
Clama la sabiduría en las calles; en los lugares públicos levanta su voz. (Proverbios 1:20)
Dichoso el que halla sabiduría, el que adquiere inteligencia. (Proverbios 3:13)
Él será la seguridad de tus tiempos, te dará en abundancia salvación, sabiduría y conocimiento; el temor del Señor será tu tesoro. (Isaías 33:6)
Así dice el Señor: Que no se gloríe el sabio de su sabiduría, ni el poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza. (Jeremías 9:23)
Luego de hablar el rey con Daniel, Ananías, Misael y Azarías, no encontró a nadie que los igualara, de modo que los cuatro entraron a su servicio. El rey los interrogó, y en todos los temas que requerían de sabiduría y discernimiento los halló diez veces más inteligentes que todos los magos y hechiceros de su reino. (Daniel 1:19-20)
En el reino de Su Majestad hay un hombre en quien reposa el espíritu de los santos dioses. Cuando vivía el rey Nabucodonosor, padre de Su Majestad, se halló que ese hombre poseía sabiduría, inteligencia y gran percepción, semejantes a las de los dioses. El padre de Su Majestad llegó a nombrar a ese hombre jefe de los magos, hechiceros, astrólogos y adivinos. (Daniel 5:11)
El niño crecía y se fortalecía; progresaba en sabiduría, y la gracia de Dios lo acompañaba. (Lucas 2:40)
pues yo mismo les daré tal elocuencia y sabiduría para responder que ningún adversario podrá resistirles ni contradecirles. (Lucas 21:15)
¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos!. (Romanos 11:33)
Hermanos, escojan de entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu y de sabiduría, para encargarles esta responsabilidad. (Hechos 6:3)
Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. (2 Timoteo 3:15)
Ella es árbol de vida para quienes la abrazan; ¡dichosos los que la retienen! Con sabiduría afirmó el Señor la tierra, con inteligencia estableció los cielos. (Proverbios 3:18-19)
Y dijo a los mortales: «Temer al Señor: ¡eso es sabiduría! Apartarse del mal: ¡eso es discernimiento!» (Job 28:28)
¡Alabado sea por siempre el nombre de Dios! Suyos son la sabiduría y el poder. Él cambia los tiempos y las épocas, pone y depone reyes. A los sabios da sabiduría, y a los inteligentes, discernimiento. (Daniel 2:20-21)
Hijo de hombre, entona una elegía al rey de Tiro y adviertele que así dice el Señor omnipotente: Eras un modelo de perfección, lleno de sabiduría y de hermosura perfecta. (Ezequiel 28:12)
Y lo he llenado del Espíritu de Dios, de sabiduría, inteligencia y capacidad creativa. (Éxodo 31:3)
Pues está escrito: «Destruiré la sabiduría de los sabios; frustraré la inteligencia de los inteligentes». (1 Corintios 1:19)
En cambio, hablamos con sabiduría entre los que han alcanzado madurez, pero no con la sabiduría de este mundo ni con la de sus gobernantes, los cuales terminarán en nada. Más bien, exponemos el misterio de la sabiduría de Dios, una sabiduría que ha estado escondida y que Dios había destinado para nuestra gloria desde la eternidad. Ninguno de los gobernantes de este mundo la entendió, porque de haberla entendido no habrían crucificado al Señor de la gloria. (1 Corintios 2:6-8)
El fin de todo esto es que la sabiduría de Dios, en toda su diversidad, se dé a conocer ahora, por medio de la iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones celestiales. (Efesios 3:10)