Este post contiene Versículos Bíblicos que hablan del Amor al Prójimo. La Biblia nos enseña que el amor es un mandamiento divino, y que debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Aquí encontraremos versículos que nos hablan sobre ese amor incondicional el cual nos enseñó el Señor Jesucristo mediante las escrituras, y cómo podemos aplicarlo en nuestra vida diaria como hijos de Dios.
El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos. (Proverbios 17:9)
Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce. (1 Juan 4:7)
El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. (1 Juan 4:8)
Nadie ha visto jamás a Dios, pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece entre nosotros, y entre nosotros su amor se ha manifestado plenamente. (1 Juan 4:12)
Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto. (Colosenses 3:14)
Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos. (Juan 15:13)
El odio es motivo de disensiones, pero el amor cubre todas las faltas. (Proverbios 10:12)
El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien. (Romanos 12:9)
Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente. (Romanos 12:10)
Recuerden que quien hace volver a un pecador de su extravío lo salvará de la muerte y cubrirá muchísimos pecados. (Santiago 5:20)
“Ama a tu prójimo como a ti mismo”. No hay otro mandamiento más importante que estos. (Marcos 12:31)
Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. (1 Corintios 13:3)
El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. (Gálatas 5:22)
Sigan amándose unos a otros fraternalmente. No se olviden de practicar la hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. (Hebreos 13:1-2)
Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor. (1 Corintios 13:13)
El justo es guía de su prójimo, pero el camino del malvado lleva a la perdición. (Proverbios 12:26)
Sobre todo, ámense los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados. (1 Pedro 4:8)
Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad. (1 Juan 3:18)
Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo. (Gálatas 6:2)
Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. (Proverbios 25:21)
En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano. (Proverbios 17:17)
Ustedes, en cambio, queridos hermanos, manténganse en el amor de Dios, edificándose sobre la base de su santísima fe y orando en el Espíritu Santo, mientras esperan que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, les conceda vida eterna. (Judas 1:20-21)
Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes. Hagan todo con amor. (1 Corintios 16:13)
Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros. (Juan 13:34-35)
Y este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. (Juan 15:12)
Hay amigos que llevan a la ruina, y hay amigos más fieles que un hermano. (Proverbios 18:24)
Ahora que se han purificado obedeciendo a la verdad y tienen un amor sincero por sus hermanos, ámense de todo corazón los unos a los otros. (1 Pedro 1:22)
El que ama a su hermano permanece en la luz, y no hay nada en su vida que lo haga tropezar. (1 Juan 2:10)
En cuanto al amor fraternal, no necesitan que les escribamos, porque Dios mismo les ha enseñado a amarse unos a otros. En efecto, ustedes aman a todos los hermanos que viven en Macedonia. No obstante, hermanos, les animamos a amarse aún más, a procurar vivir en paz con todos, a ocuparse de sus propias responsabilidades y a trabajar con sus propias manos. (1 Tesalonicenses 4:9-11)
Esto es lo que pido en oración: que el amor de ustedes abunde cada vez más en conocimiento y en buen juicio, para que disciernan lo que es mejor, y sean puros e irreprochables para el día de Cristo. (Filipenses 1:9)
Les hablo así, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor. (Gálatas 5:13)
En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: «Ama a tu prójimo como a ti mismo». (Gálatas 5:14)
Esfuércense por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. (Efesios 4:3)
Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto. Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano. (1 Juan 4:20-21)
No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros. De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la ley. Porque los mandamientos que dicen: «No cometas adulterio», «No mates», «No robes», «No codicies», y todos los demás mandamientos, se resumen en este precepto: «Ama a tu prójimo como a ti mismo». El amor no perjudica al prójimo. Así que el amor es el cumplimiento de la ley. (Romanos 13:8-10)
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” —le respondió Jesús—. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. (Mateo 22:37-39)
¿Cuál de estos tres piensas que demostró ser el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? —El que se compadeció de él —contestó el experto en la ley. —Anda entonces y haz tú lo mismo —concluyó Jesús. (Lucas 10:36-37)
Por lo tanto, dejando la mentira, hable cada uno a su prójimo con la verdad, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo. «Si se enojan, no pequen». No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol, ni den cabida al diablo. (Efesios 4:25-27)
Asegúrense de que nadie pague mal por mal; más bien, esfuércense siempre por hacer el bien, no solo entre ustedes, sino a todos. (1 Tesalonicenses 5:15)
En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos. (1 Juan 3:16)
Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él?. (1 Juan 3:17)
Necesité ropa, y me vistieron; estuve enfermo, y me atendieron; estuve en la cárcel, y me visitaron”. Y le contestarán los justos: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos como forastero y te dimos alojamiento, o necesitado de ropa y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y te visitamos?” El Rey les responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí”. (Mateo 25:36-40)
Busquen la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. (Hebreos 12:14)
No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre. No vayas a la casa de tu hermano cuando tengas un problema. Más vale vecino cercano que hermano distante. (Proverbios 27:10)
En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes. (1 Pedro 3:8)
Que nadie busque sus propios intereses, sino los del prójimo. (1 Corintios 10:24)
Él murió por nosotros para que, en la vida o en la muerte, vivamos junto con él. Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo. (1 Tesalonicenses 5:10-11)
Este es el mensaje que han oído desde el principio: que nos amemos los unos a los otros. (1 Juan 3:11)
No urdas el mal contra tu prójimo, contra el que ha puesto en ti su confianza. (Proverbios 3:29)
Es un pecado despreciar al prójimo; ¡dichoso el que se compadece de los pobres!. (Proverbios 3:29)
Servir al pobre es hacerle un préstamo al Señor; Dios pagará esas buenas acciones. (Proverbios 19:17)
Así dice el Señor Todopoderoso: “Juzguen con verdadera justicia; muestren amor y compasión los unos por los otros. No opriman a las viudas ni a los huérfanos, ni a los extranjeros ni a los pobres. No maquinen el mal en su corazón los unos contra los otros”. (Zacarías 7:9-10)
Ustedes, por el contrario, amen a sus enemigos, háganles bien y denles prestado sin esperar nada a cambio. Así tendrán una gran recompensa y serán hijos del Altísimo, porque él es bondadoso con los ingratos y malvados. Sean compasivos, así como su Padre es compasivo. (Lucas 6:35-36)
No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos. (Romanos 12:17-18)
Defiendan la causa del huérfano y del desvalido; al pobre y al oprimido háganles justicia. (Salmos 82:3)
No alimentes odios secretos contra tu hermano, sino reprende con franqueza a tu prójimo para que no sufras las consecuencias de su pecado. (Levítico 19:17)
No seas vengativo con tu prójimo, ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor. (Levítico 19:18)
Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes. (Colosenses 3:12-13)
Siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor. (Efesios 4:2)