Este Post contiene Versículos de la Biblia que hablan sobre Alabanza a Dios. Textos Bíblicos de Nueva Versión Internacional NVI.
Con mi lengua proclamaré tu justicia, y todo el día te alabaré.
El Señor es mi fuerza y mi cántico; él es mi salvación. Él es mi Dios, y lo alabaré; es el Dios de mi padre, y lo enalteceré.
»Proclamaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré».
Tú inspiras mi alabanza en la gran asamblea; ante los que te temen cumpliré mis promesas.
Porque el Señor es grande, y digno de toda alabanza; ¡más temible que todos los dioses!.
¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! ¡Cuán bueno es cantar salmos a nuestro Dios, cuán agradable y justo es alabarlo!
¡Oigan, reyes! ¡Escuchen, gobernantes! Yo cantaré, cantaré al Señor; tocaré música al Señor, el Dios de Israel.
Te alabaré, Señor, entre los pueblos; te cantaré salmos entre las naciones.
Toda la tierra se postra en tu presencia, y te cantan salmos; cantan salmos a tu nombre.
Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre.
Por mucho tiempo, desde los días de David y de Asaf, había directores de coro y cánticos de alabanza y de acción de gracias a Dios.
¡Qué grande eres, Señor omnipotente! Nosotros mismos hemos aprendido que no hay nadie como tú, y que aparte de ti no hay Dios.
¿Quién no te temerá, oh Señor? ¿Quién no glorificará tu nombre? Solo tú eres santo. Todas las naciones vendrán y te adorarán, porque han salido a la luz las obras de tu justicia.
Den gloria al Señor y proclamen su alabanza en las costas lejanas.
Abre, Señor, mis labios, y mi boca proclamará tu alabanza.
¡Alaben al Señor, naciones todas! ¡Pueblos todos, cántenle alabanzas!
A ti, Dios de mis padres, te alabo y te doy gracias. Me has dado sabiduría y poder, me has dado a conocer lo que te pedimos, ¡me has dado a conocer el sueño del rey!.
¡Que todo lo que respira alabe al Señor!
¡No hay nadie como tú, Señor! ¡Grande eres tú, y grande y poderoso es tu nombre!.
Por tu fidelidad, Dios mío, te alabaré con instrumentos de cuerda; te cantaré, oh Santo de Israel, salmos con la lira.
Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del cielo, porque siempre procede con rectitud y justicia, y es capaz de humillar a los soberbios.
Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra.
Grande es el Señor, y digno de suprema alabanza en la ciudad de nuestro Dios. Su monte santo, bella colina, es la alegría de toda la tierra. El monte Sión, en la parte norte, es la ciudad del gran Rey.
Canten a Dios, canten salmos a su nombre; aclamen a quien cabalga por las estepas, y regocíjense en su presencia. ¡Su nombre es el Señor!.
¡Prorrumpa mi boca en alabanzas al Señor! ¡Alabe todo el mundo su santo nombre, por siempre y para siempre!.
Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser te anhela, cual tierra seca, extenuada y sedienta.
Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren.
Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.
Te exaltaré, mi Dios y Rey; por siempre bendeciré tu nombre. Todos los días te bendeciré; por siempre alabaré tu nombre.
¡Alaben al Señor porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre!.
Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren.
Tanto la gente que iba delante de él como la que iba detrás gritaba: —¡Hosanna al Hijo de David! —¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!—¡Hosanna en las alturas!.
Señor, tú eres mi Dios; te exaltaré y alabaré tu nombre porque has hecho maravillas. Desde tiempos antiguos tus planes son fieles y seguros.
Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos. Un día transmite al otro la noticia, una noche a la otra comparte su saber.
A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban. De repente se produjo un terremoto tan fuerte que la cárcel se estremeció hasta sus cimientos. Al instante se abrieron todas las puertas y a los presos se les soltaron las cadenas.
Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán.
Cantaban con todas sus fuerzas: «¡Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!».
Y cantaban el himno de Moisés, siervo de Dios, y el himno del Cordero: «Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso. Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de las naciones. ¿Quién no te temerá, oh Señor? ¿Quién no glorificará tu nombre? Solo tú eres santo. Todas las naciones vendrán y te adorarán, porque han salido a la luz las obras de tu justicia».
A nuestro Dios y Padre sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.